MANEJO EMOCIONAL Y PSICOLÓGICO

Los niños con una forma más grave del síndrome de Hunter pueden presentar una amplia gama de síntomas neurológicos que pueden afectar sus emociones e influir en su comportamiento.

CAPACIDAD DE ATENCIÓN

Los niños pueden tener períodos de atención cortos o distraerse fácilmente, incluso durante actividades que normalmente les interesan. De forma alternativa, pueden concentrarse mucho en un objeto o actividad y tener dificultades para dirigir su atención a cualquier otra cosa, lo que puede interpretarse como que ignoran las instrucciones de forma intencional.

HIPERACTIVIDAD

Los niños también pueden presentar un comportamiento hiperactivo o impulsivo, como treparse a los muebles o derribar objetos. Esto se confunde a menudo con agresividad, pero en realidad puede ser una forma de buscar estímulos sensoriales; por ejemplo, pueden chocar contra objetos para obtener un estímulo sensorial físico.

Niño con rasgos faciales toscos.

MANEJO

Los síntomas neurológicos también pueden dificultar la comprensión de conceptos de causa-efecto en términos generales, lo que a su vez puede interferir con la eficacia de técnicas disciplinarias tradicionales como el tiempo de descanso. Como resultado, es poco probable que estas técnicas contribuyan a algún cambio de comportamiento a largo plazo. Es importante que tenga esto en cuenta cuando hable con su hijo sobre comportamientos positivos y negativos, y que recuerde que debe tener paciencia, ya que los niños aprenden a su manera y a su propio ritmo.

CLASIFICACIÓN ERRÓNEA

Una dificultad clave a la que se enfrentan muchos cuidadores en relación con el manejo emocional del síndrome de Hunter es que, muchas veces, se diagnostica erróneamente a los niños afectados como autistas debido a sus expresiones emocionales y su comportamiento. Este comportamiento puede incluir berrinches que son difíciles de manejar o calmar, así como limitaciones con respecto a las habilidades sociales y a la conciencia de las señales sociales.

INTERACCIONES SOCIALES

Los niños con síndrome de Hunter son sociables y se interesan por los demás. Sin embargo, es posible que las formas de manifestar esto parezcan sobrepasar los límites sociales con otros niños y con los padres. Por ejemplo, los niños con síndrome de Hunter pueden invadir el espacio de otras personas, chocarse con ellas o morderlas en un intento de interactuar y comunicarse. En lugar de interpretar esto como un comportamiento agresivo o malicioso, es importante comprender las intenciones que hay detrás de este comportamiento y ser capaz de explicárselo a otros padres y niños si es necesario.

Madre abrazando a su hijo con síndrome de Hunter.

Debido a que es posible que ciertas habilidades de manejo no funcionen para los niños con síndrome de Hunter, es importante tomarse el tiempo necesario para determinar qué funciona mejor para cada niño a la hora de castigarlo o calmarlo durante los berrinches. Por ejemplo, los juguetes para morder seguros y limpios pueden ser una herramienta tranquilizadora útil para los niños que tienen una tendencia a morder. Concéntrese en la personalidad de su hijo. Su hijo tiene síndrome de Hunter, pero esta afección no define quién es; descubrir qué funciona mejor para su hijo también le permitirá conocer su temperamento individual y su forma de entender el mundo.