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A medida que los niños con una forma atenuada del síndrome de Hunter crecen, su nivel de atención y actividad puede mejorar, aunque pueden surgir problemas como la baja autoestima, ya que son más conscientes de sí mismos y se comparan con sus pares.
Los deportes y otras actividades físicas pueden ser un lugar clave donde se manifiestan estos sentimientos, ya que existe una fuerte asociación entre la participación en deportes y la imagen de uno mismo y el bienestar psicológico, especialmente entre los varones adultos jóvenes. Existe un posible impacto negativo en la imagen que tienen de sí mismos los estudiantes que no son hábiles para los deportes, aunque su propia creencia en su capacidad parece tener un mayor impacto que su capacidad real.
Dado que estos problemas en la vida adulta joven probablemente surgen de la autoestima y la percepción de uno mismo, una intervención temprana puede ser útil para fomentar la autoestima y el sentido de la competencia. Es importante que le recuerde a su hijo que contará con apoyo a lo largo de todas las etapas de su vida a medida que se convierta en adulto; hay otros pacientes que han experimentado cómo se siente y puede resultarle útil ponerse en contacto con ellos o unirse a las redes de apoyo pertinentes.